4) ¿Qué es lo que más le gusta de ser una Guardiana de la Paz?
R/ Lo que más me gusta es que ya tengo más conocimientos y sé cómo hacer las cosas. Con las capacitaciones que hemos recibido, puedo apoyar a las mujeres con más seguridad y experiencia.
Me han gustado todas las capacitaciones, no podría escoger una sola, ya que han sido alrededor de doce. Uno de los temas que más me gustó fue recordar a las mujeres ilustres en la historia de El Salvador, para ver de dónde viene el esfuerzo y el trabajo de las mujeres y los derechos humanos en nuestro país.
También me han encantado los convivios, porque nos permiten compartir con mujeres de otros municipios, como Jiquilisco y Aguilares. Esa parte de conocer más mujeres y escuchar sus historias ha sido muy valiosa para mí.
También me gustó mucho cuando hicimos reflexiones usando dibujos de nuestras manos y pies (cartografías corporales). Esas actividades nos ayudaron a conectar más con nosotras mismas y con nuestro entorno.
5) ¿De qué manera ha beneficiado a su comunidad la iniciativa “Mujeres Guardianas de la Paz”?
R/ Como comunidad, siento que uno de los mayores beneficios ha sido el trabajo con los jóvenes. Para mí, eso es muy importante porque nosotras, las mayores, ya estamos de salida, y los que van retomando el liderazgo son los jóvenes. Ese ha sido un gran beneficio.
Otro beneficio es el apoyo que hemos recibido para arreglar la casa de los jóvenes.
Agradezco todo lo que han hecho por nosotras y les pido que no nos dejen aquí, que sigamos adelante. Estamos dispuestas a seguir y a echarle ganas, porque esto no termina aquí, todavía hay mucho por hacer por las mujeres y los derechos humanos.
6) Cuente alguna experiencia o vivencia especial siendo Guardiana de la Paz.
R/ Una experiencia que me gustó mucho fue cuando fuimos a un hotel de playa, y nos reunimos con las compañeras de Jiquilisco. Hicimos un dibujo de un torogoz con laminitas de vidrio.
Lo tengo en mi casa como un recuerdo de lo que hicimos, y cada vez que lo veo me recuerda que, cuando nos proponemos algo, logramos buenos resultados. Me gusta mostrárselo a la gente y les digo: “Este es mi trabajo, lo que hicimos”, y a todos les parece muy bonito.
7) Ser una Guardiana de la Paz, ¿de qué manera le ha ayudado a usted, a nivel personal, en términos de empoderamiento y de participación en su comunidad?
R/ Ser una Guardiana de la Paz me ha permitido dar un servicio que disfruto, algo que no solo me ayuda a mí, sino que también me permite ayudar a otras mujeres.
A nivel personal, me ha beneficiado mucho, porque he aprendido cosas que me servirán para la vida.
He aprendido que somos mujeres importantes, tanto para la comunidad como para nosotras mismas, y que no debemos sentirnos menos que nadie.
8) ¿Qué consejos o palabras de aliento les daría a otras mujeres que podrían estar interesadas en ser Guardianas de la Paz en sus comunidades?
R/ Yo les diría que le echen ganas y que es bonito participar, ya que es la única manera de salir del encierro en el que viven.
Les animo a que sigan adelante y no se desanimen, especialmente a las jóvenes, porque el presente y el futuro son de ellas.
Es cierto que las mujeres jóvenes a veces no tienen muchas oportunidades; pero deben ponerse retos que las motiven. Ellas pueden trabajar por la comunidad para que todos podamos mejorar, siempre teniendo en cuenta la importancia de las mujeres y los derechos humanos.
8) ¿Cuáles logros del Centro de Promoción de los Derechos Humanos Madelein Lagadec le parecen especialmente significativos?
R/ Uno de nuestros logros más importantes es que hemos capacitado a más de 1,000 personas como defensoras y defensores de los derechos humanos.
Muchos de ellos siguen defendiendo sus derechos en sus comunidades. Aunque no estemos presentes, ellos han aprendido y ponen en práctica lo que saben, así que la defensa de los derechos continúa.
También hemos ayudado a organizar las ADESCOS, los comités de mujeres y las juventudes en las comunidades.
En cuanto a la memoria, tenemos dos asociaciones de víctimas: una ya está legalmente constituida y la otra está en proceso, lo que les dará sostenibilidad en su trabajo.
Hemos construido monumentos que dignifican a las víctimas, lo que ha permitido a las familias de las 723 personas exhumadas cerrar parte de su duelo.
Digo esto con humildad porque al empezar con las exhumaciones no sabíamos bien qué hacer, y hemos aprendido junto a la gente. Ha sido un aprendizaje bonito y muy satisfactorio. También me llena de orgullo que el CPDH se haya convertido en un referente en varios espacios.
9) ¿Cuál es su opinión sobre el proyecto “Mujeres Guardianas de la Paz”?
R/ La verdad es que el proyecto “Mujeres Guardianas de la Paz” ha sido maravilloso. Logramos conectar el tema de las víctimas con el de las Guardianas.
Con el apoyo del PNUD, hemos fortalecido la Asociación de Víctimas de Tecoluca y hemos constituido la Asociación de Víctimas de San Esteban.
Hemos mantenido los actos memoriales, que son encuentros entre las víctimas, sus familiares y la comunidad. Estos momentos son de reflexión sobre todo lo vivido y cómo lo ven ahora. Esto es parte del proyecto del PNUD, pero también se combina con la UNODC, que trabaja específicamente con veteranas en el marco del proyecto Guardianas.
10) ¿Qué significa para usted, personalmente, ser una Guardiana de la Paz?
R/ Para mí, ser una Guardiana de la Paz es algo profundo. Mi historia de vida es difícil y a veces no me gusta contarla; pero si le pido a otras mujeres que lo hagan, siento que tengo la responsabilidad de compartir la mía.
He vivido 12 años de guerra, los soporté, luego estuve ocho meses en la Policía Nacional Civil y después llegué al CPDH. Todo esto ha sido una serie de experiencias y retos. Además, como mamá y esposa, me siento parte de este colectivo con el que hemos trabajado.
Ser Guardiana de la Paz significa para mí ser una agente de cambio y transformación en los procesos que vivimos.