
Aplicando el Design Thinking a proyectos de memoria
Abrir espacios para que los jóvenes se conecten con la memoria histórica
Los jóvenes de la primera generación del EIM, tuvieron oportunidad de conversar con tres invitados especiales, quienes desde su perspectiva, apoyan el rescate y preservación de la memoria histórica, desde donde cada uno se desempeña.
Contamos con la participación de tres destacadas personalidades: Isabel Cadenas Cañón de España, Julio López de El Salvador-México y Armando Perla de El Salvador-Canadá. Entre los tres abordaron un tema crucial: el rescate de la memoria histórica, su impacto en el fortalecimiento de la identidad de las personas y cómo ellos, desde su rama creativa han vivido estas experiencias.
Isabel Cadenas Cañón, Podcast “De eso no se habla”.
Isabel Cadenas Cañón, la talentosa podcaster de “De Eso no Se Habla,” compartió sus reflexiones sobre cómo la memoria histórica puede ser un poderoso instrumento para la construcción de identidad. En su podcast, ha explorado historias silenciadas y tabúes que han marcado la historia de España. Isabel resaltó cómo enfrentar el pasado, incluso el doloroso, puede empoderar a las personas para comprender su lugar en el mundo y su herencia cultural.
Julio López, cineasta y documentalista.
Julio López, un cineasta y documentalista apasionado por la historia latinoamericana, aportó su experiencia en la narración visual de eventos históricos. Comentó cómo los documentales y las películas pueden dar vida a los recuerdos y hacer que las audiencias se conecten emocionalmente con la historia. Julio subrayó que rescatar la memoria histórica a través del cine puede ayudar a las personas a reconocer la importancia de su pasado en la formación de su identidad cultural.
Armando Perla, curador e investigador.
Por último, Armando Perla, curador e investigador, aportó su conocimiento sobre el valor de los objetos y las exposiciones para preservar la memoria histórica. Habló de cómo las exhibiciones museísticas pueden proporcionar un contexto tangible para la historia, ayudando a las personas a comprender y apreciar su herencia. También señaló la importancia de la investigación académica en la preservación de la memoria.
En conjunto, esta conversación destacó la necesidad de rescatar la memoria histórica como un camino para fortalecer la identidad de las personas. Ya sea a través de podcasts, películas o exposiciones, cada uno de estos expertos aportó una perspectiva única sobre cómo podemos abrazar nuestro pasado para comprender mejor quiénes somos en el presente y hacia dónde vamos en el futuro.
Abrir espacios para que los jóvenes se conecten con la memoria histórica
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Leer un libro puede provocar una variedad de sensaciones y experiencias subjetivas,
Al conocer y reflexionar sobre el pasado, los jóvenes no sólo entienden
Con el golpe de Estado al presidente ingeniero Arturo Araujo en diciembre de 1931, llegó a la presidencia el General Maximiliano Hernández Martínez.
Desde entonces, hasta el 15 de octubre de 1979, el país fue gobernado oficialmente por regímenes militares caracterizados por ser altamente coercitivos.
El primer régimen militar fue el del general Maximiliano Hernández Martínez, quien ordenó la represión y Masacre de 1932, a raíz del levantamiento de indígenas, campesinos y comunistas.
Hernández Martínez se perpetuó en el poder durante trece años, durante los cuales predominaron las represiones a la oposición política, la falta de libertad de prensa y la ausencia de libertades individuales.
El golpe de Estado al general Salvador Castaneda Castro en 1948 dio lugar a la redacción de una nueva Constitución Política en 1950, la primera en la historia salvadoreña que incluía derechos para los trabajadores, prestaciones sociales y contemplaba el voto femenino.
Los presidentes elegidos bajo el nuevo régimen constitucional fueron, el coronel Óscar Osorio Hernández y el teniente coronel José María Lemus, apostaron por la creación del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) y el Instituto de Vivienda Urbana (IVU).
Con el derrocamiento del presidente Lemus terminaron los gobiernos militares del Partido Revolucionario para la Unificación Democrática (PRUD), que tuvo su origen en los hechos de 1948.
A raíz de esta crisis política se redactó una nueva Constitución Política en 1962, e inició una tercera etapa dentro de los regímenes militares, con los gobiernos del Partido de Conciliación Nacional (PCN).
A inicios de 1961 la Junta de Gobierno que derrocó al presidente José María Lemus prometió elecciones libres, sin partido oficial.
El Directorio Cívico Militar asumió el poder con un golpe de Estado e impuso la ley marcial, fallando a la promesa antes expuesta. Una manifestación de apoyo a la Junta de Gobierno fue reprimida. El nuevo gobierno fue constituido por los coroneles Julio Adalberto Rivera y Aníbal Portillo, junto con los civiles Feliciano Avelar, José Antonio Rodríguez Porth y José Francisco Valiente.
En diciembre de 1961 los coroneles Rivera y Portillo fundaron el Partido de Conciliación Nacional (PCN).
En abril de 1962 se realizaron las elecciones presidenciales y el coronel Julio Adalberto Rivera, al no tener contrincantes, asumió el poder.
El Partido de Conciliación Nacional (PCN) se caracterizó por escalar la represión y por mantenerse en el poder de forma fraudulenta.
En este período aparecieron los cuerpos paramilitares y los escuadrones de la muerte, y así se dio paso a las desapariciones forzadas y a las torturas.
El PCN se mantuvo en el poder hasta 1979, bajo el mandato del presidente Carlos Humberto Romero, quien fue derrocado el 15 de octubre, cuando también fue obligado a dejar el país. Este ha sido el último golpe de Estado ocurrido en El Salvador.